domingo, 11 de septiembre de 2016

Recibir una goleada, situación ingrata para el portero del fútbol base.

Hace una semana Pau con su equipo participó en un torneo organizado por el Gimnàstic de Manresa. Al conocer el grupo que les había tocado, destacó un partido en particular. Les tocaba enfrentarse al benjamín A del FC Barcelona. A cualquier chico le hace ilusión poder jugar contra un "equipo top", pero la diferencia de calidad es tan grande que son encuentros que suelen acabar con goleada.




Durante la semana hablé diversas ocasiones con Pau para irle preparando: "Seguramente encajes muchos goles, pero tú sigue jugando como si fuerais 0-0", "No te enfades si perdeis por mucho, es normal".  Él decía que lo comprendía. Que sabía que iba a ser muy difícil.
Y llegó el partido y las expectativas respecto al rival no estaban erradas. ¡Menudo vendaval de fútbol!. A penas pasamos de medio campo. Y aunque Pau paró alguna, recibió 8 goles. Acabó el partido con la cabeza agachada y tras salir del campo las lágrimas aparecieron en su rostro. "Papá, nunca me habían metido tantos goles". No valían justificaciones de que delante estaba el mejor benjamín de Catalunya, y posiblemente uno de los mejores de España. Había encajado un carro.... Pero no sólo al Cambrils UCF le habían metido una goleada. Todos los partidos del torneo del FC Barcelona acabaron similar, hasta con equipos no tan modestos, incluido semifinal y final. Pero el mal de muchos dicen que es consuelo de tontos y aquello no le servía a Pau.



Pau siguió el torneo y los siguientes partidos le salieron mejor. Se fueron de la competición con 3 derrotas y 2 victorias, pero con la espinilla clavada de los 8 goles recibidos por el FC Barcelona.



En el fútbol base nos encontramos muchas situaciones de resultados abultados y no lo viven igual un jugador de campo que un portero. Un delantero puede pensar que no metió gol, un medio que no pudo jugar el balón y un defensa que no pudo frenar al atacante pero el que acaba recogiendo el balón del fondo de la red es el portero. Y habitualmente no es un problema del portero, sino del conjunto, pero los chicos porteros se lo suelen tomar como algo personal, al menos Pau. En su caso no hizo mal partido. Tal vez hubo un momento que la frustración mermó su intensidad, pero es un niño de 8 años, un niño muy competitivo que lo pasó muy mal encajando cada uno de los balones. Y de nada sirvió los preparativos previos. Pasó un mal rato pero luego se supo reponer y en los siguientes partidos volvió a ser él.
"Lo que no mata te hace más fuerte ", dice el refrán. Y ahora con la perspectiva de los días, el recuerdo ya no es ingrato. Queda la anécdota de que un día jugó contra el Barça y que paró más que el portero blaugrana, que sólo toco un balón en todo el partido y fue un pase de sus compañeros. Ya veis que quién no se consuela es porque no quiere ;)

Os dejamos 2 vídeos. Uno del partido en concreto y otro de las mejores intervenciones de Pau en el torneo.







1 comentario:

  1. Hola me llamo Ezequiel les escribo desde Montevideo Uruguay; estuve leyendo el artículo sobre el cambio de equipo y de la goleada del barca, quiero que le digan a pau que tiene dos hinchas del otro lado del charco, Federico mi hijo mayor y yo. Fede empezó a jugar al futbol a principio de este año, y a las pocas prácticas le ofrecieron el arco y aquí estamos, aprendiendo dia a dia esto de evitar goles; muy identificado con varias cosas que han escrito, mucho dialogo mucha charla con mi niño y su puesto de arquero; dimos sin querer con este equipo, que por ahora viene bàrbaro pero siempre le estoy diciendo que algun dia van a perder y que va recibir muchos goles; en fin, abrazo grande para pau a la distancia y que sepa que le seguimos los pasos de su carrera! alvarodesosarey@gmail.com es mi mail. . Hasta la próxima!

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