jueves, 21 de abril de 2016

¡Va de lesiones!

¿Sabéis aquellas épocas en que te da sensación de que alguien te ha echado un mal de ojo? Pues eso nos esta pasando en el último mes con Pau. Os explico y luego me decís si no lo parece.


Tras torcerse la muñeca haciendo de portero en el parque con unos niños mayores, Pau ha estado unos 10 días con la muñeca inmovilizada y una semana más para sentirse bien para poder jugar sin problemas. Una vez quitado el vendaje de la inmovilización ha seguido entrenando pero sólo con los pies, sin hacer de portero. En su club, como en muchos otros, dan mucha importancia al juego con los pies, así que ha aprovechado el tiempo que no podía usar las manos para trabajar otro aspecto del juego.


El jueves pasado ya entrenó con toda normalidad y jugó el sábado el partido de liga. El lunes hizo el entreno de tecnificación en la escuela de porteros tras más de 15 días sin poder asistir, y el martes tocaba jugar un partido amistoso en el horario de entreno con su club. Pues bien, en ese partido amistoso se dobló el meñique y se lo dislocó. Con mucho dolor se lo han tenido que recolocar y ahora a llevarlo inmovilizado unos días. Ni una semana le ha durado al pobre la alegría. 


Ahora no me diréis que no parece que le "haya mirado un tuerto". Menos mal que son tonterías, lesiones típicas de los porteros y que todo pasa rápido. Una vez pasado la fase aguda, a Pau le acaba doliendo más el alma por no poder jugar que el dedo. Los que tenéis pequeños que juegan a fútbol ya sabéis lo mal que lo pasan cuando encontrándose "bien" no puede jugar. El madrugar el sábado para ir al partido y sólo poderte sentar en el banquillo para animar a los compañeros no es algo divertido para un pequeño de 8 años. Pero es lo que hay.



Aun así, de todo se ha de sacar algo bueno. Los pocos días que ha podido entrenar y jugar con normalidad lo ha hecho con unas ganas inmensas. Se le veía feliz,y creo que ahora valora eso más después de haber tenido que parar. Fijaros en las ansias que tenía por jugar que el último partido amistoso jugó con el dedo dislocado 25 minutos, sin decir nada a nadie para que no le sustituyeran. Una persona adulta no haría algo así pero los pequeños a veces no piensan más allá del momento. 

Pues eso, no soy de los que cree en eso del mal de ojo, pero vaya rachita que lleva el pobre estas últimas semanas. Esperemos que se recupere pronto y que lleguemos hasta el final de temporada sin ningún percance más.

Y si alguno cree que es "mal de ojo" y tiene un remedio, aquí escuchamos propuestas, que todo ayuda para volver a la normalidad ;)

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